sábado, 7 de diciembre de 2013

NUESTRA PARTE NEGRA. No es posible medir lo que supone la pérdida de Mandela para el humanismo. SAMI NAÏR



Hay muertos que no son como otros muertos, porque hay seres humanos que no son como otros. Todavía somos, en nuestra inmensa mayoría, supervivientes del siglo XX —un siglo en el que probablemente se hayan cometido los peores crímenes desde finales de la Edad Media: enfrentamientos salvajes entre imperios, guerras mundiales que han destruido generaciones enteras, exterminios en masa de pueblos dominados, holocausto contra los judíos, colonizaciones, experimentos atómicos en pueblos inocentes de Japón, “equilibrio del terror”— hemos visto de todo. Y es probable que no hayamos aprendido nada y que todavía estén por llegar numerosos crímenes de masas. Y sin embargo hay personas, centinelas de la humanidad, que atraviesan estos horrores y salen de ellos siendo más humanos aún, más optimistas en cuanto al futuro de la comunidad de los vivos. Estas personas son poco comunes y Nelson Mandela, junto con el gran Gandhi, es de esas personas.
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Fuente: internacional.elpais.com

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